El otro día vivimos una jornada de lo más surrealista, que hay que pintarla con mucho humor para digerirla mejor .
Resulta que por la mañana estábamos "enfrascadas" en nuestro trabajo en "Point d'Eau" ,con muchas dificultades en la educación y que también es un trabajo de todo menos limpio. Quiero decir, que hay mucha suciedad que limpiar todos los días, y hay que ayudar al aseo de los pequeños que llevan todo el día en la calle (imaginaros qué capas de suciedad) y a veces la noche también la han pasado fuera. Curar en el dispensario, comidas y demás. Esto, unido a la contaminación propia de la capital , Kinshasa,nos está aportando un tonillo de piel oscurito que me da a mí que moreno moreno no, no va a ser.
Bueno, el caso es que alguien interesado en el proyecto nos había invitado a cenar en su casa de uno de los barrios más lujosos de Kinshasa, en Gombe.
Lo que quiero intentar contaros es el cambio de "registro", de escenario, tan exagerado que vivimos el otro día. Para empezar, llovía a mares. Nosotras, todas dispuestas con el modelito que nos hemos traído para las grandes ocasiones salimos de nuestra casa y nos dirigimos a coger .... una de esas estupendas camionetas para que nos llevase cerca de esa zona. Bueno, llegamos no demasiado indecentes porque es de noche y los pies llenos de barro no se ven mucho. La casa a la que fuimos preciosa pero sobre todo...¡LIMPIA, MUY LIMPIA!. Nos prepararon una cena estupenda, con vinito. Hablamos, buena música. La verdad es que disfrutamos mucho.No está mal, después de bastante tiempo por estas tierras. Pero aún teníamos el olor de Point déau y las miradas grabadas mientras temblábamos de frío por el aire acondicionado en el coche que nos llevó de vuelta a nuestra casa.
Y es que nos habían dado las dos y media de la mañana.
LLegamos a "Esengo", la alegría
Bien, nos abre el centinela la puerta de la casa pero... ¿quién nos podía abrir la puerta que accede a nuestras habitaciones? pues nadie. Todos dormidos(normal) y aparte de tirar piedrecillas a la ventana de un educador para que nos abriera(duerme bien, tranquilos) la otra opción era despertar a toda la casa, niños incluídos.
¿Que qué hicimos? Coger dos sábanas que estaban tendidas y dormir en una camioneta que pudimos abrir con la ayuda del centinela. Un ataque de risa nos dio porque si nos preguntaís qué tal ha ido el martes? : pues depende de la hora, te diré. A las diez en una mansión degustando una cena impresionante y a las tres de la mañana en una furgoneta . Eso sí, dormimos bien acompañaditas por los mosquitos, que son super cariñosos .
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Mientras volvíamos a casa en ese coche estupendo y muertas de frío íbamos pasando rápidamente los límites que dividen una forma de vivir de la otra, si es que se puede llamar así. Las buenas casas iban desdibujándose por el camino y en su lugar iban apareciendo montañas de basura en las que malduermen muchos de los niños que vemos diariamente.
No hace falta decir nada más. Pienso que en la vida te encuentras con situaciones que te "desbordan" porque decidme cómo se cambia de registro tan fácilmente. Bueno, pues todo es Congo. Y nosotros tenemos que aprovechar las oportunidades y disfrutar de todas ellas: la buena cena con una determinada gente y el compartir la vida con gente con muchísimos problemas para sobrevivir. Y el sentido del humor es buenísimo para sobrellevar las cosas que pasan en la vida ,pero sobre todo en esta orilla
Un fuerte abrazo
¡Tremenda vuestra noche! Puede ser que las visitas esporádicas a casas de personas que viven como ricos en una ciudad africana forme parte de una experiencia en África. A nosotros también nos invitaron a cenar en Ibadan un par de días una pareja italiana en su casa. Vuestra descripción me recuerda mucho lo que yo sentí entonces. Tantísima desigualdad hace que sea difícil encajar esa pieza en el puzzle de una vivencia africana. La diferencia con vuestra experiencia es que yo pude dormir placidamente en una cama...
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